El autor es un pastor que vive en Nebraska. Su hijo Colton de casi cuatro años enfermó y aunque lo llevaron al doctor que le diagnosticó un rotavirus cuando lo que tenía era apendicitis. Esta revienta y el niño entra en un hospital a ser operado de urgencia. Los papás sabían que estaba muy grave, y no se enteraron de que había muerto unos minutos durante la cirugía. Su recuperación fue difícil, pero muy rápida a pesar de lo grave que estavo.
Fue después de salir del hospital, que comienza a decirles a sus papás que vió como los médicos operaban su cuerpo y que fue a un lugar donde Jesús lo tomó entre sus brazos, conoció a su hermana (los papás habían sufrido la pérdida de un embarazo y nunca llegaron a enterarse del sexo de ese bebé; al parecer la bebé sigió creciendo el el cielo), habló con el Angel Gabriel, conocío a Satanás y dice que viene una lucha tremenda entre el bien y el mal, pero que el bien ganará. Les contó lo que su madre y su padre estaban haciendo mientras el estaba en cirugía (la mamá rezando y el papá en otra habitación peleando con Dios y luchando con su fe precisamete por la gravedad del niño).
Aunque parece un relato de ficción, esto es lo que le sucedió a este niño. Lo curioso es que el pequeño no se sentó de un jalón a contarle todo esto a sus padres, sino que va haciéndolo poco a poco, algunas anécdotas tardando incluso años para que se las dijera.
Ahí su hermana le dijo que era muy feliz y que estaba esperando algún día poder abrazar a sus padres terrenos; se encontró con muchos otros niños que han fallecido y que le dijeron sus nombres (el papá lamenta no haber puesto mucha atención a esto, porque dice que debió escribir sus nombres para hacerles saber a sus padres que sus hijos están en el cielo y son felices).
En el cielo a otras de las personas que conoció fue a su bisabuelo. Cuando le contó esto al papá, este se asombró de que no se lo hubiera dicho antes pues el tenía en su escritorio una foto del bisabuelo (el escritorio era una herencia de este). Lo llevó a ver la foto y le preguntó al niño “¿es este el bisabuelo?” y el niño respondió que no…que la foto era de un hombre mayor, y el bisabuelo es muy jóven. Después el papá buscó una foto del bisabuelo (no tenía en casa, tuvo que pedirle a su mamá que buscara alguna foto de él cuando era jóven y les costó mucho trabajo encontrarla pues tuvieron que buscar en cajas). Después de que la abuela la encontró y se la mandó por correo a el papá, este se la mostró al niño y muy emocionado Colton le dijo “¡papá, mira, éste es el bisabuelo!”
Hoy Colton tiene 11 años y para sus papás esta experiencia les ha aumentado su fe.